La ciudad de Toulouse

Toulouse es una ciudad con dos caras. Por una parte, como ciudad mediana, tiene un centro tranquilo, bastante peatonal, con un centro ideal para pasear o ir de compras sin agobios, ni prisas.

Pero, por otra, es una ciudad estudiantil, animada, con mucha gente joven, de bares concurridos y noches animadas. Una mezcla, casi a partes iguales, de tranquilidad y animación que permite elegir entre diferentes ambientes según lo que queramos disfrutar en cada momento.

Toulouse es una ciudad con gran tradición universitaria. En ella se encuentra la segunda universidad más antigua de Francia, que data del siglo XIII y cuenta en la actualidad con cerca de 110.000 estudiantes –lo que supone cerca de una quinta parte de los cerca de medio millón de habitantes que tiene el núcleo urbano de Toulouse (aunque la cifra se amplía a cerca de un millón si se tiene en cuenta la periferia). Y esta gran cantidad de estudiantes dejan su marca en la vida diaria de la ciudad.

La otra cara de la ciudad está marcada por su centro histórico de calles estrechas, edificios de ladrillos, patios interiores llenos de tranquilidad y torres medievales que se alzan sobre los tejados de una ciudad plana. Un centro histórico para recorrer tranquilamente, donde se han ido incorporando calles peatonales, zonas comerciales y espacios para el ocio que se extiende hasta la orilla del Garona.

La Plaza del Capitolio, el centro de Toulouse

A Toulouse la llaman «la ciudad rosa» por el color del ladrillo de los edificios de su centro histórico. Es cierto que, en realidad, este color es más rojizo que rosa durante la mayor parte del día, pero -en algunos momentos del día- la luz del sol puede dar esa impresión más rosada.

Pero, sea rosa o rojizo, sí que es verdad que el color del ladrillo será el que más nos acompañe durante nuestro paseo por Toulouse. No existían canteras de piedra cerca de la ciudad, por lo que la piedra era demasiado cara de trasladar a la ciudad y se utilizaba el ladrillo para construir. Durante muchos años, se intentó disimular esta carencia de materiales ricos pintando y revistiendo las fachadas, pero el paso del tiempo ha ido eliminando esas marcas para dejar otra vez el ladrillo a la vista. Personalmente, para mejor, ya que ese color se ha convertido en toda una seña de personalidad de Toulouse.

Place Capitol ToulouseLa Place du Capitole es el punto principal de referencia en el centro de la ciudad. En ella se encuentra el edificio del Ayuntamiento y, en la explanada que se encuentra frente a su fachada, es muy habitual encontrarse con eventos, exposiciones o algún mercadillo. A su alrededor, ya sea en la zona de los soportales que hay justo enfrente del Ayuntamiento o en los otros dos laterales de la plaza, nos encontramos con algunos de los cafés, terrazas y restaurantes de más tradición de la ciudad.

La Place du Capitole es el principal espacio abierto entre las callejuelas estrechas del centro de la ciudad. Tanto al norte como al sur se nos abren calles peatonales. Al norte, la histórica Rue du Taur– por donde la leyenda cuenta que San Saturnino fue arrastrado por un toro salvaje en su martirio- que nos lleva directamente hasta la Basílica de Saint Sernin, la iglesia románica más destacada y apreciada por los habitantes de Toulouse.

Por su parte, al sur, se nos abre una zona de calles estrechas, retorcidas y peatonales con edificios de ladrillo, que nos llevan hasta la animada y comercial Place Esquirol, a tiro de piedra del Pont Neuf, el principal puente sobre el río Garona.

La Place du Capitole y la zona del Ayuntamiento- justo detrás del cual está el bonito edificio de la Oficina de Turismo- son zona de paso obligada en cualquier paseo por el centro de Toulouse. Al llegar a ella, tendremos que acercarnos a los soportales, que tienen en su techo una serie de coloridas pinturas a través de los cuales podremos conocer la historia de la ciudad. Pero también podremos echar un vistazo hacia una de sus esquinas, donde el Hotel Grand Balcon jugó un papel importante a principios del siglo pasado como alojamiento de los pilotos de la compañía Aeropostale que llevaban el correo entre Europa y América del Sur. Una de sus habitaciones –la que ocupaba Antoine de Saint Exupery, el autor de El Principito- se ha conservado, incluso, igual que en aquellos tiempos.

Iglesias, palacios y patios

Que ver en ToulouseToulouse es una ciudad con una importante presencia de iglesias y conventos. En total, la ciudad cuenta con 90 iglesias, una basílica y una Catedral. De entre todas ellas, destacan especialmente la Basílica de St. Sernin y el Convento de los Jacobinos.

La Basílica de Saint Sernin– o San Saturnino en español- es una excepcional iglesia románica situada en la parte norte del centro de la ciudad, a algo menos de un kilómetro de la Place du Capitole por la Rue du Taur. Su campanario es una de las vistas más llamativas del centro de la ciudad. La iglesia data del siglo XI y era una parada habitual de los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago. Hoy en día, es la iglesia más destacada de todo Toulouse.

Por su parte, muy pocos metros al oeste de la Place du Capitole, se alza el antiguo Convento de los Jacobinos, que dejó de ser iglesia para ser hoy monumento nacional. Los Jacobinos, con otra torre que también se divisa desde muchos puntos de la ciudad, especialmente si miramos hacia el centro desde la orilla oeste del Garona, fue la iglesia del antiguo convento de los dominicos. Está construida en el estilo gótico meridional, con una amplísima nave y el altar en el centro. Realmente resulta una iglesia muy curiosa de ver.

Paseando por la ciudad, nos encontraremos con otras iglesias importantes como la de la Daurada, famosa por su virgen negra. Por su parte, la Catedral de Saint Ettienne queda relegada a un segundo plano ante la importancia de estas y otras iglesias que hay en la ciudad. Se encuentra en la zona sur del centro de la ciudad, cerca ya de los bulevares ajardinados que van a dar a la Grand Rond.

Pero el centro de Toulouse no es sólo rico en edificios religiosos. Es sus calles, muchas veces camuflados entre otros muchos edificios, aparecen algunos restos de palacios renacentistas, de los tiempos en los que Toulouse era una ciudad rica gracias al comercio de la hierba pastel. Varios de ellos son hoy edificios de propiedad privada y, o bien no se puede acceder a ellos, o sólo puede hacerse con algunas rutas organizadas –como las de la Oficina de Turismo-.

Palacios ToulouseEntre los que se pueden visitar libremente, destaca el Palacio D’Assezat– el más renovado de entre ellos- que hoy aloja la colección del Museo Bemberg, el de Brucelles o el Dumay, que alberga el Museo de la Vieja Toulouse. En sus patios destacan, sobre todo, las torres capitulares, de forma circular, a las que se subía por escaleras de caracol.

Los patios son también otras de las joyas escondidas del centro de Toulouse. No siempre se puede acceder a ellos y no todos están abiertos al público, pero muchos de ellos ofrecen una tranquilidad extrema y un remanso de paz en mitad de la ciudad.

Y, para quien no quiera tranquilidad, sino agitación, vida y compras, podrá disfrutar de ellas en las dos calles más amplias del centro: la Rue d’Alsace-Lorraine y la Rue de Metz, junto con la peatonal y más estrecha Rue Saint-Rome.

El Garona, sus orillas y los canales

Pero Toulouse está marcado también por el río Garona, que supone el límite occidental del centro histórico y ofrece algunas de las mejores vistas y los paseos más tranquilos de la ciudad.

En el Garona destaca, sobre todo, la tranquilidad y los paseos tranquilos por sus orillas, que podemos completar al atardecer sentándonos en el césped junto al río con una botella de vino para un improvisado picnic. El Pont Neuf es quizá, la vista más llamativa del río, sobre todo por las noches, cuando la iluminación hace que cambie de color cada pocos minutos.

Puente ToulouseEn la orilla este, la más cercana a la plaza del Capitol, nos encontramos con edificios como la Iglesia de la Daurada o la Escuela de Bellas Artes, aunque también nos aparece el renovado edificio de las turbinas eléctricas, hoy convertido también en sala de exposiciones, del Espace EDF Bazacle.

Por su parte, uno de los paseos más agradables de Toulouse lo tenemos en la orilla oeste del río, concretamente si seguimos el paseo junto al agua que nos lleva desde el Museo de Les Abattoirs, el edificio de los antiguos mataderos convertido hoy en museo de arte moderno, con un telón de Picasso como obra estrella, hasta el Pont Neuf, y que luego podemos seguir por la Pradera des Filtres, parque que se extiende hacia el sur y que alberga numerosos festivales y eventos durante el año.

La Toulouse más viva y dinámica

Junto a esta parte histórica, como ya mencionábamos antes, Toulouse también nos ofrece mucha vida tanto en el centro histórico, con lugares de animada vida nocturna como la Place de St. Pierre, a orillas del Garona, la plagada de terrazas Place de St. Georges, o bares o restaurantes que aparecen llenos de gente cualquier día de la semana; como en otros lugares algo más alejados como la Rue Gabriel Peri.

Y, ya lejos del centro, nos aparece una Toulouse técnica, tecnológica y curiosa para los amantes de la aviación. La ciudad es la sede de la compañía Airbus y otras empresas de la industria aérea y aeroespacial, con lo que se puede visitar también sus instalaciones y exposiciones en el área del aeropuerto.

Así es una primera visita por Toulouse, una ciudad que combina la tranquilidad tradicional de su centro histórico, con la animación de su vida estudiantil, aderezada con bellos edificios, antiguas iglesias y la posibilidad de disfrutar de la tranquilidad de un paseo a orillas del Garona.

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